Escuelas SJS

Escuelas SJS

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El don otorgado al Siervo de Dios Silviano Carrillo Cárdenas para fundar una Congregación dedicada a la educación, selló el estilo y carácter de las escuelas y comunidades educativas SJS; ser centros de pastoral  educativa en torno a la Eucaristía, en donde el conocimiento que los alumnos adquieren sobre el mundo, la vida y el mismo hombre estén iluminado por la fe. Por eso no basta una formación cristiana superficial, una educación de la fe que se concreta a una hora de religión o a ciertas prácticas piadosas o de caridad. El carisma eucarístico debe impregnar la obra educativa de la comunidad y su proyección social.

 

Las escuelas en pastoral SJS deben estar impregnadas de un ambiente evangelizador (evangelizar la escuela) animado por la libertad y la caridad asumiendo de manera explícita la educación en la fe de todos los miembros que la integran para que la persona bautizada crezca como nueva creatura. “Evangelizar el ámbito académico significa aportar, por medio de las áreas del conocimiento el sentido cristiano de las realidades humanas que se enseñan.”35 La comunidad educativa ha de formar una visión cristiana de la vida. “Mi escuela será ante todo

cristiana”.

 

En las escuelas SJS un aspecto primordial en la gestión es integrar un departamento que cuente con un plan en donde todas las actividades de la institución estén permeadas con una pastoral viva en la Evangelización por lo que es de suma importancia el acompañamiento vocacional con todos los miembros de la comunidad educativa. “El anuncio explícito del Evangelio como buena noticia capaz de convertirse en eje central de la vida de las personas solo será posible si hay personas, tiempos y espacios en los que los alumnos puedan crear una dinámica de encuentro personal con algún adulto que les pueda guiar en el proceso de experiencia religiosa cristiana”.36

 

En la Escuela SJS todos los que colaboran en la formación integral de niños y jóvenes deben asumir la responsabilidad en la misión de ser testigos y anunciadores del mensaje evangélico por medio del testimonio personal pero también con el cumplimiento profesional de la tarea encomendada que debe estar impregnada de ese sello característico que nos legó nuestro padre Fundador “Mi escuela será ante todo Cristiana”.